Escribiendo con A. – Escribiendo una historia, Parte 1. La idea

¡Hola a todos otra vez! ♥

Este es el tercer miércoles del mes, así que toca estrenar sección en el blog, y ahora es el turno de Escribiendo con A. Al hacer la planificación, por secciones, dije que esta sería, tal vez, la más personal, en la que hablaría de cosas que pueden tener que ver con el fanfiction, pero también con la escritura en general, ya sea a nivel técnico o a nivel de opinión personal.

Así que, ¿qué mejor manera que abrir la sección con un comentario sobre las ideas, y cómo saber reconocer las que son buenas y ordenarlas hasta convertirlas en una historia?

Antes de empezar, dos cosas: la primera es que este post está sacado de otro que aparecía en un proyecto de blog mío descartado, y que lo estoy reubicando aquí porque me parece que puede ser interesante. Y segundo: no sé hasta qué punto os parecerán interesantes los consejos de alguien como yo, pero como hay gente que me pregunta este tipo de cosas por redes sociales, he pensado que ir ordenándolo todo en posts en esta sección puede resultar más práctico.

Y acabada esta introducción, ¡os dejo con el post para leer!

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La idea, o el origen de todos los males.

Normalmente, así es como empieza todo, ya no sólo escribiendo, sino en la vida en general. Tú estabas tan tranquilo, en tu casa, en clase, en el trabajo, y de repente hay algo que te viene a la mente, que se queda ahí y que no te puedes sacar de la cabeza: una idea.

Ya has pensado en ello y está ahí y, cuanto más vueltas le das, más sentido tiene y mejor parece. He acabado mis estudios y no tengo trabajo pero, ¿y si monto mi propia tienda de cupcakes? ¿Y si me voy a buscar fortuna a Australia? ¿Y si me caso con un joven y guapo millonario que me ama y él me financia a la hora de establecer mi firma de moda que, yo lo sé, será el nuevo Chanel?

Hay algo que es cierto en todos los casos, y que es un principio que hay que tener en cuenta en nuestra vida en general: en nuestra cabeza todo quedaba mejor.

En un plano teórico puede que todo tenga mucho sentido, pero, a la hora de la verdad, tal vez lo único que sepas hacer en una cocina no sean cupcakes, sino palomitas al microondas. Quizás Australia sea un país estupendo (tienen canguros), pero tú no tengas ni visado de trabajo ni dinero para establecerte allí. Y puede, y sólo puede, que en tu vida real vayas a tener más futuro trabajando por tu cuenta que buscando a un joven, atractivo y probablemente inexistente millonario para que solucione tus problemas.

Así que , volviendo al plano narrativo, tú probablemente hayas decidido empezar a escribir porque has tenido una idea. Algo que, si tanto lo has estado pensando, te parecerá estupendo, y que muy posiblemente pueda clasificarse en alguna de estas categorías.

  • Tienes el universo. Acabas de terminar de ver la Cenicienta de Disney con tu sobrina de cinco años y la inspiración divina te ha atacado cuando han empezado a aparecer los créditos: lo que este mundo necesita es un universo distópico futurista en el que los humanos sean obligados a trabajar como esclavos de los mismos androides a los que ellos crearon años atrás. O estás escribiendo fanfiction y quieres que tu historia esté ambientada en Hogwarts.
  • Tienes un personaje. Porque sabes que ese personaje que has ideado (o, en el caso del escritor de fanfics, tu personaje favorito de turno) se merece su propia historia. Sabes que Olivier de la Rochelle, tu torturado vampiro adolescente, necesita una aventura que dé sentido a su no-vida. De lo que no tienes ni idea es de qué aventura es esa.
  • Tienes una pareja, o, para los amigos del ficdom, un ship. Es decir, dos personajes que se enamoran. Y sabes que su pasión va a ser indoncional y eterna, y que tus lectores van a sufrir si no consiguen estar juntos. Pero el tema es que ni siquiera sabes aún cómo los dos tortolitos de turno se conocen.
  • Tienes una escena. Porque casi puedes verlo, y sabes lo épico que va a quedar el momento en el que tu protagonista, armada sólo con su arco y sus flechas, corra a salvar su pueblo natal de la horda de goblins asesinos que lo está atacando. Pero, ¿quién es tu protagonista? ¿Dónde está su pueblo? ¿Por qué hay goblins en este universo, y por qué son tan violentos? Ah, ese es otro asunto.

La cuestión es que, sí, tienes algo. Y que, como todas las ideas sin pulir, es algo estupendo. El problema llega cuando tienes que convertir esa idea en una cosa concreta y con sentido, una historia con un universo, unos personajes, una trama, un principio y un final.

¿Habías pensado que escribir era fácil? Replantéatelo. No vamos a negar que sea apasionante, pero vas a tener que trabajar duro desde el principio.

Has tenido una buena idea (y tener ideas, sobre todo para alguien que pretende dedicarse a algo creativo, está bien). Pero, ahora bien, ¿qué es lo que vas a hacer con ella?

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Mi lista de consejos útiles y prácticos es la siguiente:

  • Deja que las cosas maduren. Todas las ideas nos parecen estupendas en el momento en el que se nos ocurren, precisamente porque son un concepto abstracto en nuestra cabeza pero, y sobre todo si tenemos varias, si esperamos un tiempo será más fácil ver cuáles son las que nos gustan de verdad y cuáles no.
  • En relación con el primer punto, siempre es mejor dejar que las ideas maduren poniéndolas sobre papel. Lo que sea que tengas en tu cabeza, ya sea un universo, una escena, un personaje o el principio de una trama, es un concepto abstracto, y ponerlo por escrito sirve para concretarlo. Desde el principio tienes que tener en cuenta que no todas las ideas, por buenas que parezcan, son viables, y el recopilar tus pensamientos en papel (o en el documento de word de turno) ayuda a ver qué puntos son los que tienes, cuáles son los que necesitas y qué cosas hacen aguas y es necesario arreglar.
  • En cuanto a la viabilidad de las ideas, ¿cuáles son posibles y cuáles no? A no ser que te dediques principalmente a los relatos cortos, escribir lleva su tiempo y requiere planificación. Una vez tengas el concepto sobre papel, intenta desarrollarlo. ¿Tienes una historia para ese personaje, un mundo en el que desarrollar esa aventura? Y, si no lo tienes aún, ¿puedes crearlo? ¿Te sientes cómodo con el género? ¿Sabrías que final darle a tu historia si la empezases ahora mismo? ¿Podrías acabarla, si la empezaras? No vale para nada tener cinco historias maravillosas empezadas si no puedes terminar ninguna, así que lo mejor que puedes hacer es centrarte en un único proyecto. Vas a tener que pasar muchas horas con ese manuscrito una vez lo empieces y (lo avisamos desde ahora) probablemente haya muchos momentos en los que te frustres mucho con él, así que es mejor centrarse en algo que pueda ser viable, y que sepas que vas a poder acabar. A ningún escritor le gusta darse cuenta de que ha pasado seis meses escribiendo sobre Olivier de la Rochelle, su torturado vampiro adolescente, y que tiene seiscientas páginas de historia que no van a ninguna parte. 
  • Cada escritor tiene su método. Unos planifican la historia entera antes de empezar a escribir, otros solamente lo hacen con un resumen, y otros tienen el principio y el final, pero no saben del todo lo que pasa en medio. Lo que probablemente la mayoría de ellos te diga es que siempre se necesita planificar algo, por lo menos para saber a dónde va la historia. Si se empieza a escribir sin saber qué se está escribiendo, el proyecto puede acabar sufriendo el síndrome de la historia interminable (y esto pasa mucho, mucho, en fanfiction), es decir, tener una historia de cuarenta capítulos en la que no pasa absolutamente nada (y no va a pasar, no nos engañemos, durante cuarenta capítulos más).
  • Ahora, y vayamos al punto que a todos los autores les duele. Digámoslo en negrita. Descarta. No todas las ideas, por buenas que sean, son viables. No siempre vas a poder escribir lo que quieres escribir cuando quieres escribirlo, tal vez porque no tengas tiempo, o motivación, o experiencia para ese género, o porque estés en mitad de otro proyecto que tengas que acabar primero. No se trata de despedirte de esa idea para siempre, sino de archivarla, guardarla hasta que llegue el momento de sacarla a la luz. Siempre nos enamoramos mucho más de un proyecto cuando no podemos escribirlo porque estamos haciendo otra cosa. Archívalo. Trabaja en el concepto en tus ratos libres. Si la idea merecía la pena, habrá tomado mucha más forma para cuando puedas sentarte a trabajar en ella. Si no… algo podrás sacar de ella, aunque sólo sea la experiencia.
  • Combina. Recicla. ¿Recuerdas esas ideas que habías descartado? Déjalas marchar si no funcionan, pero no te olvides de ellas. Tal vez Olivier de la Rochelle no funcionaba como protagonista, pero sea precisamente el personaje secundario o el villano que te faltaba para otro proyecto que sí es viable.
  • Esto es importante: simplifica. Los argumentos complejos lo son porque tienen muchas capas, y meten al lector en la historia poco a poco. Tus lectores no son estúpidos y van a entrar en tu universo si los guías, pero no pueden leerte la mente. Decir que tu historia es tan profunda o que tu universo es tan complejo que nadie lo entiende no es un argumento válido. Cuanto más compleja sea tu historia, más vas a tener que planificarla y desmontarla. Hazlo de antemano antes de ahogarte con tu propio argumento.
  • Y, por último, y lo más importante de todo. Desarrolla, desarrolla, desarrolla. Un universo, un personaje, una pareja o una escena no son una historia. La primera idea solamente es un punto de partida, el primer escalón. La iluminación divina no va a sentarse en la silla por ti y crear todo lo que te falta. Escribir una historia es un 10% inspiración y un 90% trabajo. Un personaje grandioso o una escena genial no van a sostenerse ellos solos si no tienen un argumento o un mundo detrás para apoyarlos. Es tu labor, como escritor y creador del mundo, darle al lector todo eso.

Así que, ya sabes, eso es todo. Y recuerda, pensado en frío esto puede no parecer sencillo, pero siempre se ha dicho que la práctica hace al maestro. Lo más importante es tener ideas, así que, si las tienes, hay una parte muy importante del camino que ya tienes andada.

Por lo que ya sabes, ahora siéntate delante del ordenador (o del escritorio, la máquina de escribir, el cuaderno o tu lugar de preferencia y planifica, crea y escribe.


¡Y esto es todo en esta sección por hoy! La semana que viene tocará estrenar sección de nuevo, y ésta será sobre EXO, o bien sobre cosas relacionadas con ellos (conciertos, merch, etc) o bien sobre ficrec.

Podéis hacerme recomendaciones, si queréis, tanto para esa como para el resto de las secciones, o bien por aquí o bien por ask o el resto de mis redes sociales.

Hasta la semana que viene, nos leemos ♥

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